Biblia en Lenguaje Sencillo
Marcos 7
Lo que realmente ensucia
1-4 Los judíos, y en especial los ffariseos, siguiendo la costumbre de sus fantepasados, no comen sin antes lavarse las manos debidamente. Cuando llegan a sus casas después de haber ido al mercado, no comen nada de lo que compran allí sin antes lavarlo bien.
Cierto día, se acercaron a Jesús algunos fariseos y fmaestros de la Ley que habían venido de Jerusalén. Al ver que los fdiscípulos de Jesús comían sin lavarse las manos, comenzaron a criticarlos.
5 Y le preguntaron a Jesús:
--¿Por qué tus discípulos no siguen las costumbres que desde hace tiempo han practicado nuestros antepasados? ¿Por qué comen sin haberse lavado las manos?
6 Jesús les respondió:
--¡Ustedes son unos fhipócritas! Dios tenía razón cuando dijo por medio del fprofeta Isaías:
"Este pueblo dice que me obedece,
pero en verdad nunca piensa en mí.
7 De nada sirve que ustedes me alaben,
pues inventan reglas y luego
las enseñan diciendo
que yo las ordené".
8 "Ustedes desobedecen los fmandamientos de Dios para poder seguir enseñanzas humanas.
9 Han aprendido muy bien la manera de rechazar los mandamientos de Dios para seguir sus propias enseñanzas.
10 Porque Moisés dijo: "Respeta a tu padre y a tu madre". Y también dijo: "El que maldiga a su padre o a su madre tendrá que morir".
11-12 Sin embargo, ustedes enseñan que un hijo no tiene la obligación de ayudar a sus padres si les dice: "No puedo ayudarlos, porque todo lo que tengo se lo he ofrecido a Dios".
13 De esa manera, desobedecen los mandamientos de Dios para seguir sus propias enseñanzas. Y hacen muchas otras cosas parecidas a esta.
14 Luego Jesús llamó a la gente y le dijo: "Escúchenme todos, y entiendan bien:
15-16 La comida que entra por su boca no los hace fimpuros delante de Dios. Lo que los hace impuros son los insultos y malas palabras que salen de su boca".
17 Cuando Jesús dejó a la gente y entró en la casa, los discípulos le preguntaron qué significaba esa enseñanza.
18 Él les respondió: "¿Tampoco ustedes entienden? Nada de lo que entra en la persona la hace impura delante de Dios.
19 Lo que se come no va a la mente sino al estómago, y después el cuerpo lo expulsa".
Jesús dijo eso para que supieran que ningún alimento es impuro.
20 Y también dijo:
"Lo que hace impura delante de Dios a la gente, es lo que la gente dice y hace.
21-23 Porque si alguien dice cosas malas, es porque es malo y siempre está pensando en el mal y en cómo hacer cosas indecentes, robar, matar a otros, ser infieles en el matrimonio, vivir sólo pensando en cómo hacerse ricos, hacer maldades, engañar, ser envidiosos, insultar y maldecir a otros, ser necios y orgullosos".
Una mujer no judía confía en Dios
24 Después, Jesús salió de allí y fue hasta la región de la ciudad de Tiro. En ese lugar, se quedó unos días en una casa, y no quería que nadie supiera dónde estaba. Pero no pudo esconderse.
25-26 Una mujer supo que Jesús estaba en el lugar, y fue a buscarlo, pues su hija tenía un fespíritu malo. Esta mujer no era judía; era de la región de Fenicia, que está en Siria. Cuando encontró a Jesús, se arrodilló delante de él y le rogó que librara del espíritu malo a su hija.
27 Pero Jesús le dijo:
--Deja que primero coman los hijos, pues no está bien quitarles la comida para echársela a los perros.
28 Y ella le contestó:
--¡Señor, eso es cierto! Pero aun los perros comen las sobras que se les caen a los hijos debajo de la mesa.
29 Jesús le dijo:
--¡Mujer, es muy cierto lo que dices! Vete tranquila a tu casa, pues el fdemonio ya salió de tu hija.
30 La mujer regresó a su casa, y cuando llegó, encontró a su hija acostada en la cama. El demonio ya había salido de ella.
Jesús sana a un hombre sordo y tartamudo
31 Jesús volvió a salir de la región de Tiro. Pasó por la región de Sidón y llegó al Lago de Galilea, en el territorio de Decápolis.
32 Allí le llevaron a Jesús un hombre sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera las manos sobre él para sanarlo.
33 Jesús tomó al hombre y lo llevó aparte, lejos de la gente. Luego puso sus dedos en los oídos del hombre y le puso saliva en la lengua.
34 Después miró al cielo, suspiró y dijo: "¡Efatá!" Esta palabra significa "¡Ábrete!"
35 En ese momento el hombre pudo oír y hablar normalmente.
36 Jesús le ordenó a la gente que no se lo contara a nadie. Pero cuanto más lo ordenaba, más lo contaba la gente,
37 porque estaba muy admirada y decía: "Jesús todo lo hace bien. ¡Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen!"